A mi abuela se le ha roto la pelvis.
A mí se me ha roto el corazón.
A mi padre se le ha roto la dignidad.
A mi hermana se le ha roto la adolescencia.
Mi hermano ha crecido y va a volar del nido.
Corazón digno, indígnase.
Primavera adolescencia tiñe los campos de ocaso.
El pájaro siempre volará más alto fuera del nido.
si no con la fuerza que le queda a dos cuerpos que decidieron
tejer enredaderas de dalias en el vacío de los días,
fuerza que a mí me falta.
la matriarca reclama a su prole.
Regreso al hogar paterno,
siempre con miedo a la pregunta,
papá, ¿qué va a pasar a partir de ahora?
Confío en ti, Tierra.
Hundo mis raíces en tu manto.
Te otorgo todo lo que fui para que me devuelvas frutos que algún día pueda comer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario